Esta carta la escribí en Agosto del año pasado...no sabía si publicarlo o no...pero luego he pensado que a lo mejor hay alguien al que le puede ayudar...
Tu me enseñaste una maternidad que no conocía...una maternidad a distancia, pero con un amor igual de grande.
No te conocí, no te pude abrazar, pero oí tu corazón, sé que estabas dentro de mi...y fuiste tan buena y tan bonita que te fuiste cómo llegaste...sin hacer ruido.
El día que oí tu corazón, sentí una alegría enorme, y una semana después, cuando vi que ya no latía, que ya no estabas conmigo, se me vino el mundo encima.
Me ha costado darme cuenta que tú marcha no fue por nada que hice ( estuve semanas haciendo memoria de lo que había hecho, si había cogido peso, si me había dado algún golpe, de si había hecho algo que hubiese provocado que te fueras)...y quitarme la culpa que sentí porque no te había querido desde un principio, porque no te esperábamos...
El tiempo que estuviste dentro de mí, me hiciste muy muy afortunada, muy feliz...te quise mucho...te quiero mucho...
Gracias por elegirme para ser tu mamá...
Y gracias porque en parte, tu hermano está aquí por ti...y sé que algo de ti está en él...
Fuiste y serás siempre parte de la familia...
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